Día 10 - El claxon

Desde el momento en que puse un pie en Bangalore, la primera vez que visité la India, mis tímpanos tuvieron cierta dificultad con este sonido omnipresente. Salí del aeropuerto y me encontré de bruces con una carretera repleta de tuktuks que llevaban a los recién llegados a nuevos destinos. Era una carretera de dos carriles y, en mi mente occidental, hubiera bastado con que esos pequeños vehículos de color amarillo avanzasen conforme les era posible, en fila de a uno, bien organizados. Pero no, aquello era un incesante pitido y confieso que tras tantas horas de vuelo, no lo entendí.  

 

En España, vemos señales como “bebé a bordo” o “respete la distancia de seguridad”. Bien, aquí los vehículos llevan escrito “sound horn” en su parte trasera: usa el claxon. Esta diferencia ya ayuda a poner todo en su contexto, creo yo. 

 

Para nosotros, el uso del claxon debe ser mínimo y somos conscientes de que, en ciudad, abusamos de él. Pitar significa que creemos que el destinatario del ruido está haciendo algo mal: no mira por dónde va, se ha parado en un lugar impráctico, no reacciona, tiene un comportamiento incívico y un largo etcétera. Es una manera estridente y eficaz de llamar la atención, pero para lograr ese propósito debe ser excepcional.

Aquí el claxon significa otra cosa, y precisamente por eso es todo menos excepcional. De hecho, creo que saber ubicar todos los pitidos que se oyen cuando estás al volante en una carretera india es una aptitud digna de mención, ahora veréis por qué. En la India, los conductores pitan para señalar que están ahí, que van a adelantarte, que te están adelantado, que van a girar, para decirle a una vaca que acelere el paso, a un perro que se aparte, etc. Por lo que he podido observar, para que nos entendamos, el pitido es el equivalente sonoro del geo-posicionamiento.

Ahora imaginad una carretera de dos sentidos, con arcenes de tierra de metro y medio o dos metros, por la que pasan tuktuks, motos, bicis, coches, autobuses, camiones y tractores. En la Bangalore Highway sobre la que desemboca RDT hay tantos que podría decirse que los vehículos pueblan esta carretera. Y decíos que los carriles de esa carretera son orientativos. Es frecuente que los vehículos circulen parcialmente sobre su arcén o el carril contrario, y he visto incluso un coche circulando en el carril y arcén contrarios. Todos ellos tienen razones para avisar al resto de conductores de dónde están y de lo que están haciendo, teniendo en cuenta que pisar el freno es posible, pero rara vez he visto a alguien parar su vehículo en medio de semejante meollo. Debe ser muy excepcional.

Para que este sistema de posicionamiento por claxon funcione, debes ser capaz de ubicar geográficamente, más o menos, de dónde proviene el pitido para seguidamente discriminar si es información útil para tu propia conducción. Y no es tarea sencilla porque, creedme, estos ruidos os abordan por todos los costados, en todo momento.

He estado hablando de avisar a los demás conductores, pero también pitan para avisar a los peatones de que están ahí. Cada mañana voy caminando al Campus II, donde tengo clase con los chicos. Son aproximadamente 15 minutos a pie, por el arcén de tierra de la Bangalore Highway. Lo cierto es que suelo aprovechar ese paseo para grabar audios de WhatsApp (prefiero mirar por dónde voy que concentrarme en un teclado y pisar algo sospechoso) y claro, quienes los habéis recibido lo sabéis: van con música de fondo. Así, también vosotros podéis saber más o menos dónde me encontraba cuando os grababa el mensaje. Ya veis, lo de geo-posicionamiento no era ninguna tontería…

 

M.